¿Se puede fomentar la paz en el entorno empresarial?
La paz mundial es una aspiración compartida por todos, pero la paz en nuestra empresa no es menos importante. En este artículo te compartimos algunas claves que te ayudarán a hacer de tu lugar de trabajo un entorno seguro.
Cuando pensamos en cómo fomentar la paz, pocas veces vienen a nuestra mente estrategias para implementar en las empresas. Al pensar siempre en los cambios a gran escala, es común pasar por alto ciertos niveles de valor.
El lugar donde trabajamos, sea una organización, empresa o negocio pequeño también requiere de la instauración de la paz. ¿Suena como algo que tu empresa puede necesitar? A continuación, te presentamos algunas claves para conseguirlo.
Sé resiliente
El concepto de “resiliencia” ha cobrado fuerza en los últimos años como resultado del entorno inestable en el que vivimos. Según la RAE, ésta se define como “la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos”.
En el ambiente laboral, la situación adversa puede adquirir múltiples traducciones. Sea pues, una pérdida económica importante, una baja en las ventas, un desempeño ineficiente de la cadena de trabajo;
ser resiliente es fundamental para salir adelante.
Particularmente, un líder debe ser capaz de identificar cuándo las cosas están tomando un giro indeseado, y saber cómo reaccionar. No está de más recordar que, en un mundo como el nuestro, no importa nuestra preparación, siempre estaremos expuestos al cambio.
Así pues, es importante mantenernos alerta y no acostumbrarnos demasiado a nuestra zona de confort. Entender que lo que hoy damos por seguro, mañana podría no existir es fundamental. De otro modo, podremos enfrentarnos a disputas o malentendidos.
¿Y cómo lograr convertirte en una persona resiliente? Puedes comenzar poniendo en práctica las siguientes cualidades, paso a paso:
- Comprender el concepto de “inteligencia emocional” e incorporarlo a nuestra forma de afrontar desafíos.
- Practicar la reflexión en torno a uno mismo. Conocer nuestras capacidades y limitaciones es clave para convivir dentro de un equipo de trabajo.
- Percibir los cambios como oportunidades. Es decir, recibirlos sin pensar en ellos como el fin de una era, sino como el inicio de una transformación.
Sé paciente
Seguramente has escuchado la frase “yo no tengo paciencia” como una justificación para no poder hacer algo, (o incluso puede que seas tú quien haya hecho tal afirmación). Sin embargo,
la falta de paciencia no debería verse como algo irremediable.
¿Qué puede hacerse para trabajar la paciencia? De inicio, aceptar que no todo está bajo nuestro control. Que a veces está bien esperar ese segundo antes de que cambie el semáforo a rojo. No estamos en una carrera contra el tiempo (y así fuera, no ganaríamos).
Otras prácticas como relativizar la magnitud del acontecimiento pueden ser útiles. Como preguntarnos qué tan grave puede ser algo si no llegamos a conseguirlo. O bien, simplemente no exigirnos más de lo que podemos dar, es imprescindible.
Ante todo, es necesario reconocer la importancia de la paciencia en un entorno tan demandante como el actual. Y especialmente en un entorno laboral donde nuestro desempeño depende de la paciencia que tengamos para alcanzar nuestros objetivos.
Éstos pueden ir desde la mejoría considerable de una capacidad técnica, o bien, el ascenso hacia un mejor puesto de trabajo. Sin la paciencia, no tenemos la disposición para decir: “sí, soy capaz, pero necesito más tiempo”, al contrario,
nos negamos a volver a intentarlo.
Así mismo, ser paciente puede traer grandes beneficios al fomento de la paz entre compañeros. Según un estudio de la American Psychological Association, los equipos más pacientes son los que consiguen mejor coordinación de tareas.
Sé empático
Mucho se ha hablado en los últimos años sobre cómo las personas son cada vez menos empáticas. Podemos adjudicar esto a muchos motivos: la consolidación del capitalismo, el papel de las empresas en la educación, y la incentivación del individualismo.
Sea como fuere, hay algo de cierto: nos hemos vuelto más exigentes sobre aquello que merecemos y menos sobre lo que podemos aportar. Es en este ejercicio, donde la
práctica de la empatía se completa de manera deficiente o incompleta.
Dicho fenómeno se potencializa en el entorno empresarial. Al encontrarnos en una competencia constante por ascender, la empatía pasa a segundo plano. Normalizamos más desentendernos de nuestros compañeros si eso nos promete un beneficio.
Por supuesto, esto no significa que nuestras metas y sueños sean menos importantes. Implica encontrar un balance entre
conseguir lo que nos apasiona, y procurar a las personas en la medida de quiénes son. Es decir, con comprensión y empatía.
Mantén un balance emocional
Sin lugar a dudas, la tarea más íntima en el camino hacia la paz en tu empresa es el balance emocional. Éste implica un camino de reflexión, autoanálisis, reconocimiento de fallas, y práctica y error constantes. Como en todo, no puede haber paz sin salud mental.
Un punto importante es reconocer que el balance emocional no siempre puede conseguirse sin ayuda o apoyo profesional. Es posible que, incluso, hayas experimentado episodios de ansiedad o depresión, pero no los hayas denominado como tal.
Todos ellos son síntomas de una problemática emocional más seria que necesita la apropiada atención profesional. Este también es un paso importante hacia la desestigmatización de la terapia, sea ésta psicológica o psiquiátrica.
Una vez que hayamos puesto atención a lo anterior, será necesario poner manos a la obra en nuestras interacciones laborales. Es decir,
identificar formas para desenvolvernos en nuestro trabajo sin por ello afectar nuestra salud
o la convivencia con nuestros compañeros.
Algunos ejercicios para lograrlo son:
- Aceptar las adversidades. No resistirnos a la posibilidad de que éstas se presenten.
- Reconocer emociones. Analizar qué nos provoca sentirnos de tal modo y adoptar soluciones en torno a ello.
- Cuidar nuestra mente y cuerpo. En la vida cotidiana y laboral: cuerpo sano, mente sana.
- Focalizar atención. Recordamos qué hacemos, para qué lo hacemos y cómo pensamos conseguirlo.
La paz es la cualidad a la que toda organización o empresa debiera aspirar. Y es que, no importa lo difícil que pueda resultar en ocasiones: el trabajo individual y la coordinación de equipo son las claves para el funcionamiento óptimo de cualquier espacio de trabajo.
¿Qué opinas? ¿Consideras que alguna de nuestras recomendaciones pueda ayudarte a mejorar la convivencia en tu empresa? No temas dar el primer paso y emprende el camino hacia la paz hoy.
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