Diversidad, empatía y compromiso: cómo fomentar la paz en nuestra sociedad
En el imaginario colectivo, la paz social representa un estado de máxima prosperidad, donde la base es la tolerancia. Para conseguirlo, sin embargo, hace falta mucho trabajo. En este artículo te compartimos algunas formas de fomentar la paz en tu sociedad.

¿Y cómo fomentar la paz en sociedades donde el cambio es lo único seguro? ¿Qué aspectos debemos tomar en cuenta para no accionar mediante una visión sesgada? A continuación, te presentamos 10 claves que te ayudarán a instaurar la paz en tu sociedad.
1. Conócete a ti mismo
No podemos pretender cambiar nuestro entorno si, de inicio, no tenemos una noción clara de quiénes somos. En particular, saber qué nos motiva a comportarnos de cierta forma o a adoptar ciertas causas es fundamental.
Y es que el autoconocimiento nos permite identificar cuáles son nuestras virtudes y aptitudes. De este modo, podemos explotarlas en pro de la contribución comunitaria. O , por el contrario, reconocer nuestras áreas de oportunidad y trabajar en ellas.
2. Transforma los conflictos en oportunidades
Muchas comunidades pequeñas, dígase vecindarios o familias grandes, consideran encontrarse en un estado de paz inamovible. Lo que pasa, en muchos casos, es que
los problemas no son visibles porque nadie se ha atrevido a abordarlos apropiadamente.
Así pues, no pienses en los conflictos como el fin de una era: piensalos como el inicio de una transformación. Aprovecha esos desacuerdos o crisis para plantear soluciones. Incentiva el trabajo en equipo, la inventiva, la creatividad y la disciplina.
3. Sé empático
Detrás de toda paz, existe una base: la empatía. Y es que de ella parten el resto de prácticas que permiten una sociedad próspera. Al practicar la empatía a gran escala contagiamos a otras personas, motivándolas a interesarse por el prójimo.
Por ejemplo, ¿recuerdas las compras de pánico de inicios de la pandemia? Esto fue una muestra de la crisis de empatía a la que se enfrenta nuestra sociedad. De haber pensado en otros, habríamos procurado el abasto para todos, y no sólo el propio.

4. Respeta la diversidad
Las redes sociales han contribuido a una interconexión social sin precedentes. Hoy día, tenemos acceso a perspectivas, estilos de vida e información tan diversos como ni siquiera podemos imaginar. Desafortunadamente,
esto también ha generado incomprensión.
Por definición, los crímenes de odio son ofensas motivadas por odio o prejuicios del agresor. Estos pueden encontrar razón en la raza, la religión, la discapacidad, la orientación sexual o la identidad de género. Éstos constituyen una problemática de nuestros tiempos.
En nuestra labor por instaurar y promover la paz, hace falta reconocer nuestras diferencias y no ignorarlas: nombrarlas, investigar en torno a ellas, deconstruir nociones sesgadas y trabajar continuamente en nuestras actitudes hacia éstas.
5. Educa con valores
No es secreto que nuestras buenas acciones tienen repercusión y que, en mayor o menor medida, todos dejamos atrás un legado. La mayor prueba de ello la encontramos en nuestra descendencia: nuestros hijos e hijas, sobrinos y sobrinas, estudiantes, nietos, etc.
Al educar con conciencia de los valores imprescindibles para una sociedad garantizamos la expansión de la empatía y la solidaridad. Tras nuestra partida,
relegamos la tarea de mantener la paz a aquellos y aquellas quienes quedan en el mundo.
6. No reprimas tus sentimientos
¿Te ha pasado que has lastimado a alguien pese a lo mucho que esa persona significa para ti? ¿O has dicho algo que en realidad no querías decir? Todo esto puede deberse a distintos factores, donde uno de los más comunes es haber reprimido tus sentimientos desde niño.
Estos comportamientos, sumados a episodios de ansiedad o arranques de ira, pueden tener un punto de partida común. Lo importante es reconocer estos problemas y animarnos a acudir a terapia, bien psicológica, o bien, psiquiátrica, según sea el caso.
Recordemos que una de las claves más importantes para convivir pacíficamente es la salud mental. Después de todo, no podemos dar lo mejor de nosotros a otros, si no somos capaces de cuidar de nosotros mismos.
7. Cuida el planeta
Por supuesto, practicar la paz no termina donde se encuentra el último ser humano.
La convivencia pacífica abarca al resto de habitantes de nuestro ecosistema, tal cual son la flora y la fauna. Recordemos que todos son necesarios para el equilibrio natural.
Esto no implica que todas y todos debemos ser entusiastas de los animales o las plantas. Todos provenimos de distintos entornos y nuestra actitud hacia ambos puede variar. Sin embargo, el respeto hacia ellos debe ser fundamental en nuestro comportamiento.

9. Reconoce tus errores
Dicen que las dos frases que menos acostumbrados estamos a compartir son: “lo siento” y “me equivoqué”, y es cierto. Un mundo que nos impulsa a la competitividad y la autosuperación,
nos ha hecho incapaces de reconocer nuestros errores
¿Cuánto del mundo cambiaría si fuéramos más proclives a sentarnos y escuchar en lugar de presentar nuestras opiniones a viva voz? No vuelvas de tu realidad una competencia por ver quién tiene la razón. En ocasiones, es necesario aceptar que no somos perfectos.
10. Haz un compromiso
Finalmente, para conseguir un mundo donde la paz sea la norma, lo ideal es que cada quien encuentre una causa. Un compromiso individual donde deposite todo su interés genuino y sepa contribuir de la manera que mejor se le acomode.
Compromisos así podemos encontrarlos en nuestra realidad diaria, en cualquier lugar: el trabajo, el medio ambiente, los animales, la educación, las personas inmigrantes, las diversidades sexogenéricas, las personas con discapacidad, etc. Todo vale para hacer el bien.
Actualmente, nos encontramos viviendo en un entorno donde predomina lo imprevisible y lo transitorio. Donde la saturación de información nos predispone al desentendimiento. Por lo tanto, hace falta mantenernos activos en la promoción constante de la paz.
¿Qué te parece? ¿Alguna de nuestras recomendaciones te dio una idea de por dónde empezar? No temas impulsar el cambio y anímate a ser el actor de paz en tu comunidad.