La pandemia del desempleo: medidas para evitar su contagio.

El contexto

Desde que la OMS declaró la pandemia a nivel mundial, en el mes de marzo, se respiraba un ambiente de incertidumbre para el sector laboral; pasando al mes de abril, más del 25% de la población trabajadora quedó desempleada.

Al principio, la mayoría de empresas manejó una “suspensión temporal de trabajo”, sin embargo, la cuarentena que debía terminar en mayo – junio se extendió hasta el 2021, convirtiendo lo temporal en un estado definitivo.

En cuestión de semanas, se fracturó la economía que tardó años en establecerse, dejando sin sustento a millones de familias en medio de una enfermedad que no respetó el estatus económico ni social.

Algunos gobiernos emprendieron medidas para amortiguar el impacto en el sector laboral: apoyos con materiales sanitarios, transporte, préstamos y créditos para empresas, garantías, condonación de impuestos, entre otras estrategias.

Sin embargo, en países como el nuestro, las medidas para evitar el desempleo no fueron tan eficientes, razón por la cual, representantes de la iniciativa privada y gobierno se enfrentan en un debate de gran importancia.

Es en ese debate donde vale la pena abonar ideas, pues el problema planteado tiene su solución en los actos de cada uno de nosotros.

¿Cómo evitar la propagación de la pandemia del desempleo? ¿Cuáles son las medidas para erradicarla? ¿Cómo ayudar a quienes han salido perjudicados?

Medidas de emergencia

Desde que inició la propagación del coronavirus, ha sido común escuchar, leer y poner en práctica las famosas “medidas de emergencia”. 

Estas consisten en el procedimiento de actuación a seguir en caso de que se presenten situaciones de riesgo, minimizando los efectos negativos, y garantizando la recuperación.

Cada gobierno impuso las suyas, y a su vez, se replicaron en negocios y hogares. La mayoría de las medidas en México estuvieron enfocadas en la prevención sanitaria de práctica individual.

No obstante, en el sector económico las medidas no llegaron a tiempo, y tanto dependencias públicas, como empresas, entraron en una fase de recorte presupuestal, que pone en riesgo la producción y consumo nacional.

Como podemos notar, las medidas de emergencia contra el Coronavirus, deben enfocarse en dos vertientes: por un lado evitar los contagios, y por otro, salvar la economía para evitar problemas más graves.

Lo cual nos deja en la cuerda floja, pues atendiendo las recomendaciones de la OMS, levantar las medidas sanitarias demasiado rápido, podría conducir a un resurgimiento del virus. 

Las medidas de emergencia deben encontrar el equilibrio entre la prevención de contagios y activar la economía. Y esto será posible con la organización entre el gobierno y las empresas.

Algunas propuestas

Lo mejor de la participación ciudadana son las propuestas y, actualmente, ponerlas en práctica será el contraataque más eficiente contra los efectos de la pandemia.

La mayoría de las propuestas para amortiguar el impacto de la pandemia en el sector laboral, están alineadas con el plan de respuesta de la OIT, el cual se basa en estos pilares:

Estimular la economía y la demanda de mano de obra.

Posiblemente, no habíamos notado que el personal de salud es poco a comparación del número de pacientes que se deben de atender en los hospitales. 

En países desarrollados, hay en promedio 580 trabajadores sanitarios por cada 10.000 habitantes, mientras que, en países como África hay sólo 57 trabajadores en promedio, por cada 10.000 habitantes.

Lo cual representa una oportunidad para que con instrumentos fiscales y financiamiento público, se estimule la economía por medio del sistema de salud, dando apertura a más empleos, mientras se combate la pandemia.

Asistir a las empresas.

Este debe ser uno de los principales objetivos del gobierno: ayudar a las empresas.

Tan solo en México, un 42% de las compañías ha logrado mantener intacto el número de sus trabajadores, pero un 33% ha tenido que recurrir al recorte de personal, según estudios de The Power MBA.

De lo anterior se desprende que el desempleo impacta directamente al sistema financiero, y con ello, nuestra economía puede correr riesgo de no recuperarse.

Por ello, se debe apostar por preservar los empleos y ayudar a que se mantengan los ingresos, con el equilibrio de las medidas sanitarias para evitar un resurgimiento del COVID-19.

Diálogo social.

Cada uno de nosotros es la solución de esta pandemia, no obstante, será más fácil tener éxito si surgen esos líderes que, a través del dialogo, creen ideas que beneficien a los demás.

Hoy debemos hacer a un lado las diferencias políticas o competencias comerciales, para enfocarnos en promover una conciencia en la sociedad, pues lo peor que puede pasarnos, es tener ciudadanos divididos.

La historia nos regala líderes ejemplares cada vez que la situación lo amerita. ¿Los encontraremos en el gobierno, en los grupos empresariales y en la participación ciudadana? 

Eso depende de nuestros intereses y convicciones, eso depende de cuantos se atrevan a participar en la batalla de las ideas.

Esperemos que al seguir alguna de estas medidas, logremos prevenir contagios de desempleo, existen millones de casos y, al igual que el COVID-19, destruye vidas.



En nuestras acciones podemos encontrar la mejor vacuna para estas pandemias.